El delantero fue despedido en noviembre junto a González y Rovira, y aún le deben dinero de su rescisión. Analiza recurrir a Agremiados. Llegó la normalización, el órgano fiduciario comienza a organizar su salida y el club volverá a su vida democrática a partir del 7 de febrero. Sin embargo, los problemas no se terminan y al club le “llueven” uno tras otro, cuyo legado y herencia será absorbido por la próxima conducción, que será encabezada por Marcelo Mentesana. Sucede que el Triunvirato que hoy administra el club incumplió con el compromiso acordado con los futbolistas Claudio Acosta, César González y Gonzalo Rovira, a quienes despidieron en noviembre pasado en consenso entre el órgano y la subcomisión de fútbol, argumentando razones netamente económicas y no futbolísticas. En los tres casos, a los jugadores se les abonó sólo un porcentaje de la rescisión de contrato y el restante monto debía ser cancelado el día de ayer -20 de noviembre-, último día que se había fijado como plazo en presencia de los jugadores, los directivos y de dos agentes de Futbolistas Agremiados, quienes fueron testigos de la desvinculación. Al respecto, quien mantiene una postura más radical y piensa recurrir a la Justicia o nuevamente a Agremiados para reclamar su deuda, es Acosta (el único de los tres que aún está sin trabajo). El Beto no ocultó su bronca hacia los dirigentes de Gimnasia. “Ellos me tenían que haber depositado hoy -por ayer- el dinero que quedaba pendiente de la rescisión. Hablé con el contador (Osbaldo Montaldi) y me dijeron que no tenían plata para pagarme. Me da bronca, porque encima que me echan, tuvieron un mes y medio para conseguir la plata y no lo hacen. Y no es una fortuna, es una miseria. Encima que me dejaron sin trabajo, que nunca me dieron mi contrato, yo tengo que llamarlos para preguntarles”, expresó el delantero, para luego añadir: “Fue una vergüenza cómo se manejaron conmigo. Que no me hayan dado el contrato que me correspondía me da a pensar que de antemano tenían en mente despedir jugadores”.
